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 Año XVI  nº XI - E

                                                                                       Mayo  2011

El buceo en las islas Maldivas IV

 

Conclusión: Situación actual del submarinismo en las Maldivas 

Hace ya más de tres décadas desde que las islas Maldivas se abrieron al turismo de masas. Gracias a las políticas locales cada vez más orientadas al turismo, existen ya más de cien islas turísticas de todo tipo. El objetivo principal del gobierno ha sido el de otorgar la máxima prioridad al turismo de alto nivel. Hay muchas islas de lujo, para turistas dispuestos a pagar precios muy elevados. Actualmente en Maldivas incluso se planea un campo de golf flotante con túneles bajo el agua, y un bar submarino al que se accede mediante un ascensor transparente; todo muy digno de Disneylandia. Como consecuencia del énfasis en el lujo y las grandes inversiones, la comunidad de los submarinistas ha sufrido un duro golpe en Maldivas y muy pocas islas podrían describirse ya como islas para buceadores.

Es posible escoger entre las islas más lujosas y las relativamente más sencillas y, naturalmente, los precios estarán en función de la calidad que se prefiera. No obstante, a pesar de los muchos millones de euros que se han invertido en construir nuevas islas, y en elevar la categoría de las que se consideraba que estaban algo vetustas, existe una isla, Asdu (Asdhoo) que se ha mantenido en la forma en que eran las islas turísticas originales, muy básica y austera, con un aire algo destartalado. Otras islas relativamente en franca decadencia son Giravaru y Biyadoo. La crisis económica afectó al flujo necesario de inversiones y no se han podido efectuar las reparaciones necesarias. Por esta razón la decrepitud de algunos edificios e instalaciones, castigadas por el húmedo clima tropical y el salitre, es notoria.

Para el submarinista no es necesario ir a una isla así a tener una experiencia sobre cierta etapa histórica del turismo en Maldivas, porque lo más interesante del país para quien le gusta el buceo siguen siendo los fondos coralinos. Lamentablemente, esta gran riqueza natural que tiene el país no ha sido apreciada en su justo valor, ni ha sido dada a conocer suficientemente durante los últimos años. Las prioridades han sido otras y, aparte de haberse visto favorecido el turismo de lujo, las Maldivas se han promocionado de manera preferente, como lugar ideal para parejas en luna de miel. Esta orientación del turismo ha sido causada por el otro aspecto natural en su favor que tiene el país y que son los paisajes idílicos de palmeras y playas junto a lagunas de ensueño. 

De cualquier forma, todos los complejos hoteleros de las Maldivas intentan tener diversas fórmulas a su alcance para complacer a todos sus clientes. El objetivo es que nadie se aburra en la isla y, por ello, todas las islas turísticas cuentan con un centro de buceo más o menos bien equipado. Sin embargo, debido al énfasis en el lujo, a lo largo de las últimas décadas se ha visto una clara tendencia a incrementar la calidad del spa, o centro de salud y masaje de la isla como fuente alternativa de ingresos, con lo cual el centro de buceo ha perdido la importancia primordial que tenía en un principio, en cuanto a la proporción de turistas que lo utilizaban.

Al elevarse el nivel económico de los visitantes de las Maldivas, se ha invertido mucho en la calidad de los restaurantes, y en organizar veladas de ambiente exclusivo junto a la piscina. Los antiguos buceadores que estuvieron en las Maldivas hace más de treinta años, se complacen en recordarle a uno que en aquellos tiempos, no habían ni piscinas de agua dulce ni alta cocina en las islas que conocieron. Las primeras islas que se dedicaron al turismo, se caracterizaban por su austero y monótono menú y, antes de que se introdujeran las primeras plantas depuradoras, incluso el agua que salía del grifo era salada. Por lo tanto el marco actual resulta muy “poco maldivo”, para aquellos que conocieron las Maldivas en otros tiempos. 

Sin embargo quedan en las Maldivas islas donde la calidad del buceo es muy buena. Ahí la atmósfera es más casual y campechana, más al gusto de aquellos que tienen un objetivo común. Ni que decir tiene que en esas islas todavía se dan esas veladas inolvidables, con agradables charlas en compañía de otros buceadores. Suelen ser sitios de mucho movimiento, con mucha frecuencia de visitantes. Por lo tanto hay que hacer la reserva con antelación.  

El profesor de buceo en tales islas tiene un aire diferente, lleno de vitalidad y propósito que contrasta mucho con el aspecto hastiado de aquel submarinista, que ha ido a parar a una isla de lujo donde al buceo no se le da demasiada importancia. Ay de aquel desgraciado que, para dar algo de vida a su triste y vacío centro de buceo, pasa sus veladas intentando promocionar la belleza de los fondos marinos locales, durante la cena a parejas en luna de miel, que claramente demuestran escaso interés o, a jubilados que han venido a descansar y cuya actividad ideal, es la de tomarse un vermut al lado de la piscina contemplando la puesta de sol. Un profesor de buceo en un lugar así se siente como si sobrara.

Por fortuna, también a ese tipo de islas es posible que llegue muy de tarde en tarde, un grupo de buceadores algo perdidos. Así durante unos días el profesor de buceo se sentirá por fin en su ambiente. Contento y satisfecho al salir de la rutina diaria para complacer a los inesperados visitantes.

A pesar del gran número de islas turísticas que existen en Maldivas, no hay muchas que reciban una proporción elevada de turistas interesados en hacer inmersión. Aparte de Kuredu Island Resort (mencionada ya en el capítulo anterior), las islas más frecuentadas por buceadores de diversos países son: Angaga, Helengeli, Kuredu, Filitheyo, Mirufenfushi (Meeru), Kuramathi, Embudu Village y también Mirihi. Todas estas islas, y especialmente Kuredu y Meeru, tienen un buen centro de buceo, serio y profesional, que satisface a todos aquellos que van a las Maldivas con el objetivo primordial de explorar los fondos marinos.

Aparte de diferentes tipos de islas turísticas, actualmente existen también diversos tipos de embarcación para hacer viajes por los atolones. La fórmula del barco-safari ha tenido muchísimo éxito en las Maldivas, en vista del gran número de estas embarcaciones que se ven ancladas en la amplia laguna, nada más llegar al aeropuerto, entre Hulhumale y Club Faru, el antiguo Club Med. Actualmente no hay límites para su actividad y se puede hacer un safari a cualquier atolón y a cualquier isla.

A pesar del incremento del turismo, la calidad de los fondos marinos en las Maldivas se ha mantenido. Esto es cierto incluso cerca de la capital, zona que se ha urbanizado mucho en las últimas décadas. Hubo una cierta preocupación en 1998, cuando se observó un blanqueamiento de los corales en ciertas zonas del país. Entonces algunos afirmaron que los arrecifes coralinos se estaban muriendo poco a poco, y que el blanqueamiento aparente era solamente el principio de una gran catástrofe ecológica. Por fortuna tales pronósticos no se hicieron realidad.  Actualmente todos los escollos se han recuperado y siguen siendo tan espectaculares como antes de que cundiera la alarma. En los arrecifes normales dominan los corales del género Acrópora, los cuales ocupan una gran superficie, sin embargo, cuando las tempestades los rompen, otras especies de menor tamaño tienen la oportunidad de ocupar su lugar.

Por último cabe destacar, que durante las recientes revueltas en el mundo árabe, la atmósfera en las Maldivas se ha mantenido tranquila. A pesar de tener un gobierno de clara orientación musulmana, muy influenciado por la política de los países árabes, incluso los revuelos de la vida política del país no logran afectar a las islas turísticas o al aeropuerto, que es donde se mueven la inmensa mayoría de los turistas.

 

Xavier Romero-Frias

© www.escafandra.org

 

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